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Mamás que trabajan.
Las guarderías

7 de enero, 2025


Combinar el trabajo con la maternidad casi siempre plantea dificultades.

Resolver quién cuidará al bebé mientras la mamá trabaja no siempre es fácil. Algunas mamás podrán dejar de trabajar un tiempo en lo que su bebé crece y alcanza la edad escolar. Otras madres cuentan con la ayuda de la abuela, quien se ofrece gustosa a hacer esta tarea. Y algunas otras quizá contraten a una niñera que se encargue de atender al bebé en casa. Sin embargo, quizá una de las opciones más generalizadas sea la de recurrir a las guarderías.

Llevar al bebé a una guardería muchas veces despierta dudas y ansiedades en la madre por las posibles repercusiones de una separación temprana del bebé. También, porque será cuidado por personas extrañas y quizá por cierta desconfianza sobre qué tan buena será la atención.

¿Qué tan conveniente es llevar a tu bebé a la guardería? Por supuesto, la respuesta dependerá de muchos factores, como qué otras alternativas tienes y qué tanto tolerarás separarte de tu pequeño, entre otros.

Pero, si la guardería es tu única opción, lo siguiente puede tranquilizarte un poco.

La maternidad es ante todo una “función”, que puede desempeñar no solo quien concibió y dio a luz al bebé. Por otra parte, hay estudios que demuestran la exclusividad del vínculo madre-hijo. Es decir, en el primer año de vida, los niños parecen estar en condiciones de formar múltiples vínculos, al tiempo que el vínculo con su madre permanece intacto y conserva prioridad por encima de otras relaciones que el pequeño pueda tener. Por supuesto, no estamos hablando de una separación prolongada que exceda los límites de tolerancia del niño y que sí puede generar trastornos que se manifiesten más adelante. Estamos hablando solo de esas horas en las que la mamá está trabajando.

Autores como Steven Frankel (1994) afirman que los niños reservan sus necesidades emocionales más importantes para cuando están con sus padres, y aprovechan la presencia de las otras personas para satisfacer sus necesidades más generales. A estas personas las tratarán de un modo diferente y nunca alcanzarán el grado de significatividad que tiene su madre, ni sustituirán la conexión esencial que tienen con ella.

Por último, también es importante tener en cuenta factores como el tiempo de estancia en la guardería, la calidad de la atención, la capacidad de adaptación del niño, las demás experiencias que refuerzan o compensan la experiencia de la guardería, así como las circunstancias familiares y el estrés al que el niño/niña esté sometido.

Entonces, si necesitas llevar a tu hijo a una guardería, puedes pensar, en primer lugar, que el vínculo con tu hijo es exclusivo y no se modificará. También, que el tiempo que estés con tu bebé antes y después de la guardería es una oportunidad para fortalecer esa conexión emocional y crear momentos de cercanía que lo hagan sentir seguro y amado.


Mtra. Elia Olvera Martínez




Referencias

Frankel, S.A. (1994). The Exclusivity of the Mother-Child Bond: Contributions from Psychoanalytic and Attachment Theories and Day-Care Research. Psychoanalytic Study of the Child, 49:86-106.


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